Rumba, Samba, Salsa y Tango
Clúster celebra su primera década de descubrimientos
La misión Clúster de la ESA celebra su décimo cumpleaños. Durante esta década, los cuatro satélites que la componen han permitido estudiar con un extraordinario nivel de detalle la invisible interacción entre el Sol y la Tierra.
© ESA
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Contenido del artículo
- » 1 - Los cuatro satélites Clúster
- » 2 - Mapa tridimensional
Los cuatro satélites Clúster
Los cuatro satélites que componen la misión Clúster - Rumba, Samba, Salsa y Tango - vuelan en formación alrededor de la Tierra para generar una imagen tridimensional de la interacción del incesante ‘viento solar’, formado por partículas cargadas o plasma procedente del Sol, con la ‘burbuja magnética’ que protege a la Tierra: la magnetosfera.
En ocasiones, el viento solar ‘sopla’ de forma turbulenta y racheada, agitando el campo magnético de la Tierra, lo que genera partículas de alta energía. Estas ‘tormentas’ en la magnetosfera pueden provocar interferencias en los sistemas eléctricos a bordo de los satélites o incluso en los de los equipos de tierra. En los peores casos, pueden llegar a destruir componentes electrónicos cruciales, dejando a los satélites completamente inoperativos.
“Clúster ha generado una gran cantidad de datos que permiten comprender mejor los fenómenos físicos asociados a la meteorología espacial”, comenta Philippe Escoubet, Director de la Misión Clúster para la ESA.
Sus observaciones han desvelado un dramático mundo de invisible violencia. Clúster ha estudiado cómo penetra el viento solar en el entorno de la Tierra y ha descubierto que, en ciertas circunstancias, remolinos magnéticos más grandes que nuestro planeta se abren camino a través de la magnetosfera, inyectando peligrosas partículas.
Cuando estas partículas alcanzan la atmósfera terrestre, provocan el sublime brillo de las auroras boreales y australes. En este campo, Clúster ha abierto nuevas puertas a la investigación.
Clúster ha confirmado que las ‘auroras negras’ - un extraño fenómeno eléctrico que origina regiones oscuras, vacías, en el seno de las auroras polares - son una especie de ‘anti-aurora’, un fenómeno que elimina electrones de la ionosfera.
En ocasiones, el viento solar ‘sopla’ de forma turbulenta y racheada, agitando el campo magnético de la Tierra, lo que genera partículas de alta energía. Estas ‘tormentas’ en la magnetosfera pueden provocar interferencias en los sistemas eléctricos a bordo de los satélites o incluso en los de los equipos de tierra. En los peores casos, pueden llegar a destruir componentes electrónicos cruciales, dejando a los satélites completamente inoperativos.
“Clúster ha generado una gran cantidad de datos que permiten comprender mejor los fenómenos físicos asociados a la meteorología espacial”, comenta Philippe Escoubet, Director de la Misión Clúster para la ESA.
Sus observaciones han desvelado un dramático mundo de invisible violencia. Clúster ha estudiado cómo penetra el viento solar en el entorno de la Tierra y ha descubierto que, en ciertas circunstancias, remolinos magnéticos más grandes que nuestro planeta se abren camino a través de la magnetosfera, inyectando peligrosas partículas.
Cuando estas partículas alcanzan la atmósfera terrestre, provocan el sublime brillo de las auroras boreales y australes. En este campo, Clúster ha abierto nuevas puertas a la investigación.
Clúster ha confirmado que las ‘auroras negras’ - un extraño fenómeno eléctrico que origina regiones oscuras, vacías, en el seno de las auroras polares - son una especie de ‘anti-aurora’, un fenómeno que elimina electrones de la ionosfera.
Rumba, Samba, Salsa y Tango
Clúster celebra su primera década de descubrimientos
La misión Clúster de la ESA celebra su décimo cumpleaños. Durante esta década, los cuatro satélites que la componen han permitido estudiar con un extraordinario nivel de detalle la invisible interacción entre el Sol y la Tierra.
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- » 2 - Mapa tridimensional
Los cuatro satélites Clúster
Los cuatro satélites que componen la misión Clúster - Rumba, Samba, Salsa y Tango - vuelan en formación alrededor de la Tierra para generar una imagen tridimensional de la interacción del incesante ‘viento solar’, formado por partículas cargadas o plasma procedente del Sol, con la ‘burbuja magnética’ que protege a la Tierra: la magnetosfera.
En ocasiones, el viento solar ‘sopla’ de forma turbulenta y racheada, agitando el campo magnético de la Tierra, lo que genera partículas de alta energía. Estas ‘tormentas’ en la magnetosfera pueden provocar interferencias en los sistemas eléctricos a bordo de los satélites o incluso en los de los equipos de tierra. En los peores casos, pueden llegar a destruir componentes electrónicos cruciales, dejando a los satélites completamente inoperativos.
“Clúster ha generado una gran cantidad de datos que permiten comprender mejor los fenómenos físicos asociados a la meteorología espacial”, comenta Philippe Escoubet, Director de la Misión Clúster para la ESA.
Sus observaciones han desvelado un dramático mundo de invisible violencia. Clúster ha estudiado cómo penetra el viento solar en el entorno de la Tierra y ha descubierto que, en ciertas circunstancias, remolinos magnéticos más grandes que nuestro planeta se abren camino a través de la magnetosfera, inyectando peligrosas partículas.
Cuando estas partículas alcanzan la atmósfera terrestre, provocan el sublime brillo de las auroras boreales y australes. En este campo, Clúster ha abierto nuevas puertas a la investigación.
Clúster ha confirmado que las ‘auroras negras’ - un extraño fenómeno eléctrico que origina regiones oscuras, vacías, en el seno de las auroras polares - son una especie de ‘anti-aurora’, un fenómeno que elimina electrones de la ionosfera.
En ocasiones, el viento solar ‘sopla’ de forma turbulenta y racheada, agitando el campo magnético de la Tierra, lo que genera partículas de alta energía. Estas ‘tormentas’ en la magnetosfera pueden provocar interferencias en los sistemas eléctricos a bordo de los satélites o incluso en los de los equipos de tierra. En los peores casos, pueden llegar a destruir componentes electrónicos cruciales, dejando a los satélites completamente inoperativos.
“Clúster ha generado una gran cantidad de datos que permiten comprender mejor los fenómenos físicos asociados a la meteorología espacial”, comenta Philippe Escoubet, Director de la Misión Clúster para la ESA.
Sus observaciones han desvelado un dramático mundo de invisible violencia. Clúster ha estudiado cómo penetra el viento solar en el entorno de la Tierra y ha descubierto que, en ciertas circunstancias, remolinos magnéticos más grandes que nuestro planeta se abren camino a través de la magnetosfera, inyectando peligrosas partículas.
Cuando estas partículas alcanzan la atmósfera terrestre, provocan el sublime brillo de las auroras boreales y australes. En este campo, Clúster ha abierto nuevas puertas a la investigación.
Clúster ha confirmado que las ‘auroras negras’ - un extraño fenómeno eléctrico que origina regiones oscuras, vacías, en el seno de las auroras polares - son una especie de ‘anti-aurora’, un fenómeno que elimina electrones de la ionosfera.