El AMS-02
Buscando el ‘Universo perdido’
© CERN
|
El AMS-02 permitirá comprender mejor las cuestiones fundamentales sobre el origen y la estructura del Universo, buscando evidencias de la antimateria y de la materia ‘oscura’. Este detector de partículas de última generación, dotado con un campo magnético 4000 veces más potente que el de la Tierra, analizará directamente en el espacio cada partícula que atraviese sus sensores, en un programa complementario al desarrollado en el Gran Colisionador de Hadrones.
Su intenso programa de observaciones también permitirá recopilar gran cantidad de datos sobre otras fuentes de radiación cósmica en estrellas y galaxias situadas a millones de años-luz de nuestra Vía Láctea. Los astrónomos y los físicos de partículas de todo el mundo esperan ansiosos sus primeros resultados.
Su intenso programa de observaciones también permitirá recopilar gran cantidad de datos sobre otras fuentes de radiación cósmica en estrellas y galaxias situadas a millones de años-luz de nuestra Vía Láctea. Los astrónomos y los físicos de partículas de todo el mundo esperan ansiosos sus primeros resultados.
El AMS-02
Buscando el ‘Universo perdido’
© CERN
|
El AMS-02 permitirá comprender mejor las cuestiones fundamentales sobre el origen y la estructura del Universo, buscando evidencias de la antimateria y de la materia ‘oscura’. Este detector de partículas de última generación, dotado con un campo magnético 4000 veces más potente que el de la Tierra, analizará directamente en el espacio cada partícula que atraviese sus sensores, en un programa complementario al desarrollado en el Gran Colisionador de Hadrones.
Su intenso programa de observaciones también permitirá recopilar gran cantidad de datos sobre otras fuentes de radiación cósmica en estrellas y galaxias situadas a millones de años-luz de nuestra Vía Láctea. Los astrónomos y los físicos de partículas de todo el mundo esperan ansiosos sus primeros resultados.
Su intenso programa de observaciones también permitirá recopilar gran cantidad de datos sobre otras fuentes de radiación cósmica en estrellas y galaxias situadas a millones de años-luz de nuestra Vía Láctea. Los astrónomos y los físicos de partículas de todo el mundo esperan ansiosos sus primeros resultados.